sábado, 14 de junio de 2008

El estrés de rendir exámenes

Por Adriana Chiorazzo, Téc. Instructora en Salud, Alimentación y Actividad Física
La palabra estrés es de etimología inglesa y significa agresión. Y su concepto se remonta a la década de 1930 donde un estudiante de 2º año de medicina de la Universidad de Praga llamado Hans Seyle[1] observó que todos los enfermos a quienes ayudaba, indistintamente de la enfermedad propia, presentaban síntomas comunes y generales como ser: cansancio, pérdida de apetito, baja de peso, etc., y a éstos síntomas comunes él lo denominó “Síndrome de estar enfermo” y sus investigaciones comprobaron que este síndrome generaba alteraciones orgánicas.
En base a esto Seyle consideró que varias enfermedades desconocidas como las cardíacas, la hipertensión arterial y los trastornos emocionales o mentales eran el resultado de cambios fisiológicos que resultaban de un prolongado estrés en los órganos. Y además observó que las demandas del medio de carácter social y las amenazas del entorno del individuo eran productoras de estrés, ya que estas requerían de capacidad adaptativa que provocaban estos trastornos. Es decir, que el estrés es una respuesta del organismo ante diversos factores estresares, que son el resultado de la interacción entre las características de la persona y las demandas del medio.
La situación estresante se genera dependiendo de dichas demandas como de los propios recursos que la persona tenga para enfrentarlas, y también la manera en que el sujeto percibe que puede darles respuesta fisiológicas, psicológicas y de comportamiento que busca adaptarse y reajustarse a presiones tanto internas como externas.
Entonces, el estrés como parte de la existencia y en nuestra vida cotidiana nos enfrenta a desafíos que exigen a nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestras emociones, y hay que sobrellevarlas.
Las personas pueden adaptarse al estrés y utilizarlo en su provecho, pero cuando los sobrepasa, puede afectar su calidad de vida. Las situaciones diarias generan en cada ser humano algún tipo de reacción, inclusive los hechos positivos generan estrés. Es decir que no todo estrés es nocivo porque el estímulo, el desafío y el cambio pueden ser aprovechados por la persona ya que cierta cantidad de estrés en la vida puede ser provechoso donde nos alerta, nos tensiona, nos excita, como preparando a la persona para enfrentar el riesgo y los peligros. Terminada la situación estresante el cuerpo se relaja y todo vuelve a la normalidad.
El estrés es una fuerza que genera en las personas un impulso a cambiar, crecer, luchar, adaptarse o ceder.
Los estudiantes universitarios generalmente sufrimos de estrés en épocas de exámenes o frente a ciertas situaciones como ser examinado por un profesor que puede llevar al alumno a sentirse presionado o nervioso.
También pueden producir estrés las situaciones a nivel personal, como por ejemplo presiones directas o indirectas por parte de la familia del sujeto, frente al éxito o fracaso del alumno. Muchas veces el estudiante no registra ni tiene en cuenta el grado de estrés al que esta expuesto y esto puede provocar problemas en su salud.
Físicamente puede sentirse con la respiración alterada, la circulación, la frecuencia cardiaca, este es el estrés físico que aparece como respuesta para adaptarse a esa nueva situación. Estas manifestaciones pueden ser diferentes en cada individuo, pero por lo general pueden evidenciarse como dolor de cuello y espalda, opresión en el pecho, tensión en mandíbulas, fatiga, deseos exagerados de comer y desmotivación.
También el cumplir con los plazo, horarios, tareas, las exigencias del estudio, el trabajo, las frustraciones y la tensión ambiental de la vida cotidiana pueden producir hasta un estrés crónico.
Los factores que son de riesgo y pueden provocar estrés son la mala alimentación, consumir en exceso tabaco, azúcar, alcohol, grasas, sal. También las mudanzas, las exigencias laborales, la pérdida del trabajo, los problemas económicos, las separaciones, divorcios, excesiva competitividad, no respetar las horas de sueño, y por supuesto, también los exámenes.
Y cómo poder protegernos del estrés cuando rendimos? En principio llevando una vida sana, haciendo ejercicios, alimentándonos adecuadamente, y disfrutando mejor de la vida al aire libre.
Y cuando nos presentamos a dar exámenes, saber que temas nos van a tomar, que día, a que hora, estudiar con anticipación dedicándole el tiempo necesario, pero también teniendo en cuenta las horas de descanso para mejorar el rendimiento, alimentarnos adecuadamente, llegar al examen por lo menos 15 minutos antes de empezar a rendir y con los materiales organizados. (hojas, lapiceras, calculadoras, etc.) y no tener miedo de preguntar ante cualquier duda , tanto a los profesores, como a los compañeros.
En base a todo lo dicho, y considerando que el estrés es un estimulo que nos agrede permanentemente y que no podemos evitar, sí podemos tratar de tenerlo en cuenta siendo concientes de lo que significa y utilizarlo en nuestro beneficio, es decir, adaptarnos, luchar, y utilizar en nuestro provecho los mejores logros que podamos obtener. Disminuir el estrés en nuestras vidas significa tener mejor calidad de vida.
[1] Hans Selye (1907-1982) fisiólogo y médico vienés, que posteriormente se nacionalizó canadiense, fue Director del Instituto de Medicina y Cirugía Experimental de la Universidad de Montreal. En 1950 publicó su investigación más famosa, Stress, un estudio sobre la ansiedad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Adriana Chiorazo: a parte de ser una grande en lo tecnico,sos una gran persona. Se extraña tu risa y tu cordialidad, que hacen que la vida sea mas llevadera.
Me encanto el articulo!
L.H.